fuentes para el estudio de la

historia social

siglos xix y xx

Extracto de la introducción a la colección Sutro

W. Michael Mathes, “The Mexican Pamphlet Collection: Publications from the California State Library, Sutro Branch, San Francisco California” en The Mexican Pamphlet Collection 1605-1888. Author-Title Index. From the holdings of the Sutro Library, California State Library. Primary Source Microfilm an imprint of the Gale Group. Nueva York, Kraus, 2003. Consultado el 8 de enero de 2018. http://www.fam.unam.mx/servicios/docs/SutroLibrary.pdf, 963 pp,. La traducción es de  José Alejandro Urrutia Cárdenas

Orígenes de la Biblioteca y colección mexicana de Sutro

Adolfo Sutro nació en 1830 en una familia alsaciana-judía en Aquisgrán, inmigró en 1850 a San Francisco en donde se volvió un exitoso comerciante de ropa y tabaco. Con la inundación de la veta Comstock en la ciudad de Virginia, Nevada, Sutro tuvo la oportunidad  de diseñar un túnel (que lleva su nombre) para drenar las minas, lo cual le valió hacerse de una gran fortuna.

Como era frecuente entre la gente acaudalada durante el final del siglo XIX, Sutro comenzó a formar una gran biblioteca, no tanto por un interés de bibliófilo, sino con el objetivo de proveer a la ciudad de San Francisco de un centro público de investigación. En 1884, Sutro inició un programa de adquisición de documentos que llevó a cabo viajando por Europa. En el viejo continente compró libros y panfletos en Inglaterra, Italia, Alemania y Francia en lo que podría llamarse “lotes masivos” de entre diez y quince mil títulos sobre todos los campos del saber. Tan sólo en Londres, se estima que Sutro adquirió la cantidad de treinta y cinco mil títulos. Como es de esperar, el problema del espacio donde almacenar semejante cantidad de obras fue creciendo exponencialmente, y se vio forzado a almacenar su biblioteca en cajas guardadas en oficinas y almacenes de la calle Montgomery.

El problema del almacenamiento llevó a la trágica destrucción de posiblemente quince por ciento de la colección estimada en 250 mil volúmenes durante el terremoto e incendio de 1906, cuando uno de sus almacenes fue consumido por las llamas. A pesar de esta perdida, una buena porción de la colección Sutro permaneció intacta, y en 1913 lo que sobrevivió de la biblioteca fue donado por sus herederos a la Biblioteca Estatal de California, con la condición de que permaneciera en San Francisco.

Uno de los segmentos más largos de la colección que permaneció intacta después del incendio fue la gran colección mexicana, que cuenta  entre 40 y 50 mil libros, panfletos, impresos y manuscritos, los cuales fueron adquiridos por Sutro durante su precipitada visita a la Ciudad de México en 1889. En México, a pesar de su limitado conocimiento acerca de la cultura, lengua y bibliografía mexicana, la buena fortuna le sonrió a Sutro. Su llegada a la Ciudad de México ocurrió poco tiempo después de la muerte del dueño de una de las librerías e imprentas más antiguas de la ciudad, Francisco Abadiano.  Éste último, junto con su hermano Dionisio habían heredado de su padre, Luis Abadiano, una librería e imprenta ubicada en la Calle de las Escalerillas (hoy Guatemala) en el corazón de la capital mexicana. Esta empresa era la culminación de una larga y prestigiosa línea de libreros e impresores.

Los antecedentes de la imprenta de los Abadiano pueden ser rastreados hasta el afamado humanista mexicano y bibliógrafo, Juan José de Eguiara y Eguren, quien fundó la imprenta de la Biblioteca Mexicana en 1753. La tienda de Eguiara fue posteriormente adquirida por el Licenciado José de Jáuregui en 1767, y un año después Jáuregui fusionó su negocio con la tienda de los Herdereros de María Ribera. Tras la muerte de Jáuregui en 1778, la empresa paso a ser manejada por los herederos de José de Jáuregui hasta  1791, cuando su sobrino, el Bachiller José Fernández Jáuregui asumió la propiedad y la dirección directa del negocio hasta su muerte en 1800. Su sucesora fue María Fernández de Jáuregui que murió en 1815, y subsecuentemente, el negocio fue vendido a Alejandro Valdés. Este último era un impresor  bien  establecido, teniendo ya  su propia tienda entre 1808 y 1814. En 1815 adquirió el equipo y el inventario de su afamado padre, Manuel Antonio Valdés y Munguía. El anciano había servido como impresor para el Colegio de San Idelfonso de la Sociedad de Jesús hasta 1767, cuando empezó a trabajar con uno de los impresores más importantes del hemisferio occidental, Felipe de Zúñiga y Ontiveros. Con él, Valdés padre editó la conocida Gaceta de México cuando se empezó a distribuir en 1784.

La Guerra de Independencia, junto con la Constitución Española de 1812, trajeron consigo la liberalización de la prensa  que expandió las actividades editoriales en la Nueva España, en particular en el área de tratados y panfletos políticos. Alejandro Valdés continuó como un impresor activo, produciendo en 1816 el clásico de José Mariano Beristaín y Sousas, Biblioteca Americana Septentrional. Después de la Independencia de México en 1821, Valdés consiguió el puesto de impresor imperial bajo el mando de Agustín de Iturbide, teniendo el deber de imprimir los documentos oficiales, y durante este tiempo formó una asociación con Luis Abadiano, que duró hasta la muerte de Valdés de 1831. Entre 1825 y 1884, la familia Abadiano continuó operando tanto la librería como la imprenta que se habían formado de la tienda original de Eguiara. A pesar de que la producción artística de Abadiano no se compara con otros contemporáneos como José Mariano Lara, Vicente García Torres o Ignacio Cumplido, probablemente los mejores impresores en las Américas durante la primera mitad del siglo XIX, los varios miles de títulos que produjeron los Abadiano eran de la más alta calidad y su actividad como vendedores de libros fue extremadamente activa.

Los muy conservadores y religiosos Abadianos comercializaron una gran cantidad de libros y panfletos dedicados a defender la posición de la Iglesia en México. Para evitar la destrucción ocasionada por la anticlerical constitución liberal de 1857, la Guerra de Reforma y las confiscación de bienes de la Iglesia ordenados por Ignacio Comonfort y Benito Juárez en 1861, muchos de los libros y manuscritos de las bibliotecas conventuales de la Ciudad de México, las más viejas en todo América, fueron donados o dados en calidad de préstamo a los Abadianos por orden de autoridades eclesiásticas. Esta larga y prestigiosa genealogía de impresores y libreros terminó con la muerte de Francisco Abadiano en 1883, pues su hijo y heredero, Eufemio, aparentemente carecía de habilidades y del amor por los libros. En 1885, Eufemio intento producir una serie de publicaciones sobre historia y literatura mexicana que serían repartidas por suscripción. Por otro lado, intentó fabricar reproducciones de famosas piezas arqueológicas mexicanas. Ambos proyectos fracasaron, por lo que en 1887 Eufemio Abadiano anunció que se subastarían las obras contenidas en la biblioteca de su padre, así como también su colección de arte, la cual incluía piezas de artistas como Dürer, Murillo y Goya. Al mismo tiempo publicó un catálogo que daba cuenta de las existencias que habían quedado de las publicaciones de su padre. La mala fortuna de los Abadianos resulto ser la mejor de las suertes para Sutro, pues la librería de la Calle de las Escalerillas no sólo contenía miles de volúmenes de historia de México, literatura, religión, filosofía y teoría política, sino que también había múltiples copias de trabajos impresos por Zúñiga y Ontiveros, Jáuregui, Valdés y los Abadianos. Por lo tanto, Sutro pudo adquirir un tesoro que se había estado acumulando por más de un siglo y medio de impresiones y venta de libros.

Los detalles completos de la compra de Sutro de la colección de Abadiano no han salido a la luz. Sin embargo, el material encontrado en la enorme Sutro Mexican Collection indica que fue una cantidad masiva de libros, pues Sutro no sólo adquirió miles de títulos individuales publicados entre el siglo XVI y el XIX, sino que también obtuvo la mayor colección de panfletos mexicanos que existe y una extraordinaria colección de impresos y manuscritos relacionados con la Iglesia en México. Además, consiguió múltiples copias producidas en la imprenta de los Abadiano y que no habían llegado a venderse, entre las que se incluyen numerosas obras de mediados del siglo XIX. Sin embargo, estas adquisiciones no son suficientes para dar cuenta de lo singular que era Sutro para conseguir nuevos materiales, y al aparecer, en el caso de México, Sutro fue un paso más allá de lo que solía hacer. Los documentos que permanecen nos indican que la compra de Sutro incluía libros de cuentas de los Abadiano, libros de recetas, libros inéditos, e inventarios que datan de finales del siglo XVIII. Sutro probablemente dio instrucciones a sus colaboradores de que compraran todo, y ellos al pie de la letra adquirieron el contenido de archivos, escritorios y hasta el papel que ya se consideraba un desperdicio. Esto se hizo sin saber que se estaba resguardando una excelente colección de documentos sobre la historia de la impresión y la venta de libros en México.

Característica de la Sutro Library Mexican Collection

La colección mexicana de Sutro tiene un gran valor para la investigación de temas históricos, culturales, religiosos y políticos de un lapso de tiempo tan amplio como el que abarca de 1540 a 1889, y, además, desde 1980, existe un programa activo de adquisición de materiales modernos sobre historia, geografía, documentos de archivo y bibliografía, lo cual ha añadido varios miles de títulos a la colección disponible para los investigadores. Especial atención se ha puesto a engrosar la colección de panfletos raros, impresos, historias, biografías y litografías. Además, para apoyar más a la investigación se han integrado una representativa colección de mapas producidos entre los siglos XVII y XIX, atlas y  materiales efímeros, así como una extensa colección de impresos españoles de entre los siglo XVI y XIX, muchos de los cuales fueron también comprados a Abadiano, y que complementan la colección mexicana de Sutro.

Para facilitar la labor de consulta, la colección mexicana Sutro está dividida en cuatro grandes áreas: panfletos, manuscritos, la Librería del Imperial Colegio de la Santa Cruz Tlatelolco, e impresos generales. El primero está subdividido en panfletos encuadernados (tomos de varios),1 panfletos individuales, decretos, bandos, proclamas y litografías. La regla general para la inclusión de un título dentro de la Colección Mexicana de Sutro es que éste debe haber sido impreso, o  escrito en el caso de los manuscritos, en la Nueva España/México entre 1521 y 1890, o que sea un trabajo que trate específicamente sobre la Nueva España/México, sin importar su lugar de origen, durante el mismo periodo de tiempo.

La colección mexicana de Sutro, con la excepción de la colección de panfletos y al de manuscritos, ha sido catalogada de acuerdo a los parámetros de Biblioteca del Congreso por Hispanex (California Spanish Language Data Base) en colaboración con la Biblioteca del Estado de California. La catalogación está disponible en el catálogo MELVYL de la base de datos de la Universidad de California y en los catálogos electrónicos de la Biblioteca estatal de California. Se han añadido entradas especiales para la sección de impresores mexicanos, Tlatelolco y Guadalupanismo para facilitar el acceso a estas secciones de la colección.

La Colección de Panfletos de la Biblioteca Sutro

La sección más sobresaliente de la Colección Mexicana de Sutro comprende unos 12 mil panfletos impresos entre 1605 y 1888, lo cual la convierte en la colección con este tipo de textos más grande del mundo. La importancia internacional de la sección de panfletos ha sido demostrada en las exposiciones de varios de sus títulos que se han llevado a cabo en el Museo Nacional de Arte ubicado en la Ciudad de México, y en el Instituto Cultural Cabañas, en Guadalajara. Mientras que la mayor parte de los títulos realizados antes 1810 son de índole religiosa (tratados teológicos, devocionarios y sermones), los panfletos producidos después de 1810  tratan sobre todo temas políticos y seculares (pequeños tratados políticos, discursos, leyes y reportes ministeriales). Para entender la magnitud de la colección de panfletos de Sutro, podemos compararla con la Colección de Panfletos Mexicanos de Yale, en cuyo catálogo tan existen 6,300 títulos publicados entre 1600 y 1900,2 mientras que en la colección de panfletos de Sutro, tan sólo de documentos oficiales de gobierno cuenta con 8,223 títulos publicados entre 1605 y 1888. De la misma manera, la Colección Lafragua que resguarda la Biblioteca Nacional de México que cuenta con 3,266 títulos publicados entre 1810 y 1835,3,4 es rebasada por la Colección Sutro al tener ésta 4,460 títulos del mismo periodo de tiempo. Otras de las colecciones que se ven superadas por la Colección Sutro es la Colección de Misceláneas de la Biblioteca pública de del Estado de Jalisco, que cuenta con 810 volúmenes de panfletos encuadernados5 y la Colección de Panfletos Mexicanos de la Colección de la Biblioteca Bodleian, en Oxford.6

De particular importancia en la Colección de Panfletos de Sutro son los títulos de personalidades como José Joaquín Fernández de Lizardi, Rafael Dávila, Pablo de Villavicencio, “El Payo del Rosario” y Carlos María de Bustamante, quienes publicaban en la imprenta de los Abadiano. Gracias a esta inusualmente completa colección de panfletos podemos dar cuenta de polémicas en el que varios autores publicaban panfletos sobre un tema determinado para participar en el debate público a lo largo de meses e incluso años. En dichas publicaciones, firmadas muchas veces bajo pseudónimos, participaban monarquistas y republicanos, conservadores y liberales, eclesiásticos y anticlericales, federalistas y centralistas. Además de los impresos religiosos y políticos, también son dignos de mención los panfletos que trataban temas científicos, médicos, farmacéuticos, educativos, históricos, literarios, etnográficos, demográficos y geográficos. Virtualmente, todos los aspectos de la cultura mexicana están cubiertos en esta colección.

Los 356 volúmenes de panfletos encuadernados fueron armados en tiempos contemporáneos, algunos evidentemente muestran un afán de juntar ciertos autores y temas, mientras que otros simplemente se formaron de acuerdo al orden en el que fueron adquiridos por la Colección. Ambos criterios de organización son por su propia cuenta, un fenómeno interesante que estudiar.

Los varios miles de panfletos sin encuadernar también fueron añadidos en orden alfabético a la Colección, completando los volúmenes antes mencionados y varios documentos estatales, pertenecientes a la Colección general, pero que fueron incluidos en la Colección de Panfletos al momento de ser microfilmados.

[…]

La Colección de Panfletos de Sutro fue originalmente microfilmada gracias a la generosidad del Licenciado Juan José López, cronista de la Ciudad de Guadalajara y ex director de Instituto Cultural Cabañas.

Importancia de la colección Sutro para la investigación

En general, la colección Sutro, ha sido subutilizada por los investigadores de la historia y la cultura mexicana, a pesar del gran valor que tiene está colección que se ha conservado integra y sin ser dividida desde su compra en 1889, lo que hace que mantenga su esencia que la asemeja a lo que era una librería mexicana de finales del silgo XIX. El material contenido en esta colección, frecuentemente ha sido ignorado en las investigaciones por ser juzgado como carente de valor académico por ser documentos subjetivos y emocionales, tales como la literatura popular, sermones, devocionarios, calendarios y panfletos políticos escritos al calor de los acontecimientos. Sin embargo, esta colección ofrece una gran variedad de oportunidades para todos aquellos investigadores interesados en temas culturales y sociales durante la colonia y el primer siglo de vida independiente de la Nación Mexicana, pues la colección nos permite adentrarnos en temas como la religión, política secular, literatura religiosa, teatro, educación, artes gráficas y sobre la historia de las imprentas en México.

Notas

1 Las cursivas son del autor.

2 Lofton Wilson, ed., Guide to Latin American Pamphlets from the Yale Universitiy Librariann Selections from 1600-1900, New York Clearwater Publishing Company, 1984, 4 vols.

3 Rocío Meza Oliver and Luis Olivera López, Catálogo de la Colección Lafragua de la Biblioteca Nacional de México 1811-1821, México, UNAM, 1996. Lucinda Moreno Valle, Catálogo de la Colección Lafragua de la Biblioteca Nacional de México 1821-1853. [México: UNAM, 1975.

4 Lucinda Moreno Valle, Catálogo de la Colección Lafragua de la Biblioteca Nacional de México 1821-1853, México, UNAM, 1975.

5 Alma Dorantes, José María Muriá y Jaime Olveda, Inventario e Índice de las Misceláneas de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, Guadalajara, INAH, 1978. 3 vols.

6 Colin Steele y Michael P. Costeloe, Independent Mexico - A Collection of Mexican Pamphlets in the Bodleian Library, Londres, Mansell Information, 1973.